A veces leo textos que no entiendo, que mi torpeza no alcanza. Pero no puedo dejar de leerlos. Algo abren en mí. Algo dicen para eso de mí inasible y secreto. El tiempo pasa y entonces, como la gota que horada la piedra, una flor silvestre se abre. Y esa corola impensada dice. Habla su propio lenguaje a través de mí.
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