viernes, 26 de diciembre de 2014

Letra



En el blanco papel, aunque las letras estén escritas como si perforaran el blanco papel, no significa que estén separadas del blanco del papel. Las letras son blancos papeles negramente protuberantes.
Sucede lo mismo con las palabras. Por mucho que diga palabras tan poderosas como para perforar el silencio, las palabras y el silencio no están separados. La palabra es silencio brotado.

Miro el orificio por el que se esfuman todas las letras del mundo.

Choi Seung-Ho
Autobiografía de hielo

sábado, 20 de diciembre de 2014

Lo evanescente






La nube explora la luna, el viento las flores. La belleza de la luna es oscurecida por grupos de nubes, los árboles no han florecido todavía cuando sus flores son quebradas por el viento. Toda belleza es evanescente.

Lafcadio Hearn
Proverbios budistas

domingo, 14 de diciembre de 2014

Lluvia


A veces llueve gris
llueve infinito
un pájaro leve
se deslíe en el follaje

El silencio
es un suave pincel
entre los intersticios 
de la nada

Pétalos minúsculos
diseñan
una tarde imposible
una tarde 
que cae por sus bordes

                                                                     Para María Belén Aguirre

La hija



Ella es alegre como la luz que gira para verla.
conversa mucho con el aire,
sube como el verano.

Danza en la soledad para hacerla recuerdo.

Prueba que el mundo canta,
construye mi inocencia.

Juan Gelman, Gotan

viernes, 12 de diciembre de 2014

Voces


*
Situado en alguna nebulosa lejana hago lo que hago, para que el universal equilibrio de que soy parte no pierda el equilibrio.

*
Mucho de lo que he dejado de hacer en mí, sigue haciéndose en mí, solo.

*
Cuando lo superficial me cansa, me cansa tanto, que para descansar necesito un abismo.

Antonio Porchia(1886-1968)

jueves, 11 de diciembre de 2014

Ausencia


*
Una y otra vez
en el lugar
de lo improbable

El rostro triplicado
en los espejos

La ausencia de tu nombre

Vórtice



Un viento intenso
crece
 y 
se diluye
en su propio vértigo

En espiral
me arrastra
me golpea

En sus paredes invisibles
me diluye
de mí

cae 
al fín
entre sus vórtices
la ligera piedra
de mi corazón

Poesía: territorio de lo sagrado


"La poesía es la búsqueda de otra cosa, que se busca con el lenguaje, pero en realidad la poesía se toca con  lo espiritual, con el territorio de lo sagrado."

María Negroni

viernes, 5 de diciembre de 2014

Maneras de mirar el viento


¿Qué es ese ruido?
-El viento por debajo de la puerta.
¿Qué es ese ruido ahora?
-El viento. Nada. Otra vez el viento.
                                        T.S. Eliot


*
El silbo del viento entre las osamentas blancas a la luz de la luna. 

*
El ulular del viento llevándose rastrojos hasta los alambres del invierno.

*
El silencio de los pájaros en el refugio de las ramas.

*
El lejano repicar de las campanas de  las iglesia.

*
El desasosiego de los hombres y sus sombras largas.

*
La  abuela espiando detrás de los visillos con  ángeles tristes.

*
La tacita de café  entre las dos manos como un ruego.

*
Los remolinos de tierra engulléndolo todo.

*
Las almas grises en los espirales de la nada.

*
Las cruces de sal mirando el sur.

*
Los animales cuerpo a cuerpo todos hacia el mismo lado.

*
La niña de pie junto a su padre tomada de su aliento.

*
La cometa del alma.

jueves, 4 de diciembre de 2014

Cartas de amor

*
Querido Franz:
Siempre que veo algo bello te recuerdo y me digo.¿Cómo no compartirlo con Francisco? Pero el instante es fugaz y cuando te ha tocado ya se ha ido. Sin embargo, Francisco, hay algo que perdura. Keats lo decía: Algo bello es una alegría para siempre.
La música que escuchamos, las pinturas, tus maravillosas fotografías, los lapachos florecidos, las diamelas, los atardeceres, la nieve cayendo en el patio de mi casa, el libro recién editado, todavía fresca la tinta.La maravillosa casona  de Calilegua. Los pájaros. Las palmeras...La películas: Camille, su fragilidad y su belleza, La Acompañatrice, la voz de Maurice Monteyrol, Los unos y los otros, el bolero de Ravel, el extraordinario Jorge Donn. La cabaña de Yala, el lapachito blanco, los jazmines...
Momentos  hermosos.

Con amor , Nélida

Tucumán, noviembre de 2007

*
Querido amigo Lêdo Ivo, ¿está usted en algún aeropuerto?¿En un país distante o en su casa junto a sus perros y sus árboles?
En todos estos años no le dije lo importante que fue su escritura en mi vida. Horas de trabajo y dedicación traduciendo sus poemas, sus Confesiones, para mi solaz y aprendizaje. Y con la alegría de recibir alguna carta suya. Un nuevo libro. Alguna que otra observación acerca del significado de tal o cual palabra, que se volvía esquiva.
Siempre los recuerdo, a Usted y a la adorable Lêda, cuando compartíamos un poco de nuestro tiempo en el Festival de Poesía en Rosario. Aquel encuentro fue mágico.
Después ya no nos vimos, Lêda nos dejó, pero siempre están en mi universo de seres entrañables como un regalo de la vida.

Un abrazo de su amiga lejana

28 de nov.de  2007

*
Gracias, querida Annie
 Mis visistas, mis regalitos, quieren decir siempre, que pese a la distancia, estoy ahí, como vos estás aquí, de este lado del mundo, con llamadores, caireles, delicadezas que iluminan mi jardín...
Ya sabes lo que dice Juarroz: pensar en un hombre se parece a salvarlo . Y nosotras construímos  puentes sutiles para cruzar de este lado y del otro del mundo.
Nuestras telas finísimas, como las que tejen las arañas, son fuertes y leves a la vez. Necesitan cuidados especiales, que nosotras les procuramos con dedicación y ternura.
Creo que mientras  tejamos esas telas colaboramos cuidando el sutil equilibrio del universo como dice Porchia en sus Voces.
Un abrazo
Nélida
Noviembre de 2014


Asombro


¿Por qué demasiado una persona?
¿Esta y no otra? ¿Y qué hago yo aquí?
¿Un día que es martes? ¿En casa y no en un nido?
¿En piel y no en una cáscara?
¿Con un rostro y no una hoja?
¿Por qué sólo una vez personalmente?
¿Precisamente en la tierra? ¿Junto a una pequeña estrella?
¿Después de tantas eras de ausencia?

Wislawa Szymborska

Todo alimenta el vacío


Hace falta mucha infancia. Hacen falta días y días de aliteración del misterio, y también noches y noches sin más movimiento que la  falsa calma de los relojes. Pasa una nena desnuda en un corcel blanco. La espía un pequeño príncipe vestido de espantapájaros. Todo alimenta el vacío. La vida estudia un poema sobre la vida, un poco indecente. ¿Qué más es el amor? Pasa una niña desnuda, blandiendo un secreto claro.

María Negroni (Elegía Joseh Cornell)

domingo, 30 de noviembre de 2014

Los poetas que tienden al silencio



Los que más me entusiasman son aquellos poetas que tienden al silencio.
Un simple garabato sobre la página blanca esboza un gesto, es una incisión reveladora, un trazo zen,
que todo lo sugiere o que todo lo expresa con el silencio.

Hugo  Gola, Santa Fé, 1927
De su obra Prosas

sábado, 29 de noviembre de 2014

Vísperas



¿Quiénes estarán en nuestras vísperas,
amiga mía?
¿Quién nos acercará la última tacita de té
nos leerá un poema
o nos ayudará a ponernos de pie
para dar unos pasos hasta la ventana?
¿Qué voz nos musitará al oído
nuestro íntimo nombre
nos tomará acaso de la mano
o bajará la lámpara...?

Para mi amiga Annie, después de compartir la lectura de Vísperas de Adriana Lunardi

jueves, 27 de noviembre de 2014

Troy


Leyendo Vísperas, el magnífico libro de Adriana Lunardi,conozco a Troy, el perro de Dottie ( la escritora Dorothy Parker).
Estoy fascinada con Troy. Sus movimientos, sus hábitos, su sumisión incondicional, su demanda de amor, todo lo hace parecer tanto a mi Frida.
Troy es una construcción de Lunardi, de su escritura. Producto de una observación minuciosa y delicada.
Claro que he conocido a otros perros: el adorable Flush de Virginia Woolf, el distinguido Sir Cecil Whippet, compañero inseparable de Manuel Mujica Lainez, Los inefables galgos de Sara Gallardo: Chispa, Flecha, Corsario y Barcino. Pero Troy con sus hábitos sencillos, su devoción por Dottie y su atracción por los aromas me subyuga tanto como a él los aromas que absorve y desmenuza.
La descripción de Dottie es de una sutileza y encanto magistrales. Lunardi es una escritora que indaga de afuera hacia adentro hasta alcanzar el corazón de sus criaturas de una manera entrañable. Y este relato, Dottie, que narra los últimos momentos de la vida de Dorothy Parker, su abandono al paso del tiempo y a su propia degradación es tan vivencial e íntimo que conmueve.
No puedo dejar de celebrar la escritura  de Adriana Lunardi y la magnífica traducción de Leopoldo Brizuela. Y a la vez celebrar la lectura que me permite sentir, pensar, evocar, amar.

Adriana Lunardi
Vísperas
Bajo la luna, 2008

martes, 25 de noviembre de 2014

Acerca de El agua y la greda (Alción, 2001)


LA MATERIA DE UN NOMBRE 
por Silvio Mattoni

¿Qué hay en un nombre? Los breves poemas de El agua y la greda pareciera  que describen círcu
los alrededor de esta pregunta. Cada poema, un nuevo eco del nombre repetido, que suena a otro tiempo, a recuperación de un remoto pasado, un cuerpo desvanecido que sólo ha dejado su nombre pero que ha sido la materia de nuevos cuerpos, o al menos de los cuerpos del poema. "Soy Águeda", así comienzan muchos de estos textos. ¿Qué hay en un nombre, si no una voz que puede volver a ejecutar su timbre?
Nélida Cañas no ignora que su libro es un diminuto tratado sobre las posibilidades poéticas del nombre, sobre las imágenes materiales que despierta. Y en "Águeda" hay sólo dos letras más que en "agua": "deletrea su nombre/ configura/ ese contorno vago/ diluído en el agua". Pero la consonante dental se resiste a la disolución, al líquido que todo lo borra, donde un nombre no puede ser escrito.
El agua, esa antigua metáfora de las palabras destinadas al olvido, cae sobre una tierra, sobre el lugar donde yacen enterrados los antecesores de esa mujer que habla, que cuida algo perdido, algo que no puede recordar pero que está en sus frases, en la teología que hace de sí misma -pues podríamos decir que el libro despliega múltiples variaciones en torno al lema: "soy la que soy".
Y entonces se forma la greda, con la que se pueden moldear cosas, objetos, huellas tangibles. Ni el agua que susurra para  el olvido, ni la pesadez muda de la tierra seca, greda que resiste como rastro de alguien en forma de vasija para el agua o maceta con tierra.
Sin embargo, Cañas explora el mismo dispositivo que generan sus metáforas: "Soy/ Águeda/ una mujer/ hecha de palabras". Toda huella en el lenguaje se torna muy leve, busca la tenuidad propia del instante que anhela capturar: "Soy Águeda/ he conocido el vuelo breve/ intenso/ de la felicidad". Y quisiéramos admitir que la felicidad siempre deja huellas, no desaparece sin un resto, un gérmen de otros instantes, o de otras vidas.
Ya cometimos el irredento pecado de los comentaristas de poesía, la paráfrasis o glosa.Pero más que una voz y lo que dice o canta, Cañas acaso intenta reconstruir un cuerpo y sus sentidos, lo que Águeda vería, escucharía, la casa donde fue feliz, los parecidos que su rostro heredó y transmitió, los gestos de la necesidad, esos que una familia repite sin saberlo por varias generaciones. Y el nombre evocado por la poesía,convertido en voz y en la alegría de un cuerpo, adquiere la fluidez del agua, la densidad de la tierra, en fin, la maleable consistencia de la greda.
Los poemas hacen un mundo donde el nombre es soberano. Antes de convertirse en promesas de otras vidas, Águeda nos susurra: "de este lado del  mundo/ me arrebujo en mi nombre".

Publicado en La voz del Interior, Córdoba. Jueves 29 de noviembre de 2001

Acerca de Alejandra Pizarnik por su analista LeónOstrov



Mi primera impresión
cuando la vi fue
la de estar ante
una adolescente
entre angélica
y estrafalaria.

Me impresionaron
sus grandes ojos
transparentes.
Y aterrados
Y su voz
grave y lenta,
en la que temblaban
todos los miedos.

No estoy seguro
de haberla siempre
psicoanalizado,
sé que siempre
Alejandra
me poetizaba
a mí.

                                   León Ostrov

viernes, 21 de noviembre de 2014

Un poeta está siempre frente a una puerta cerrada


Un poeta está siempre frente a una puerta cerrada. El poema es ante todo un esfuerzo por abrir algo que parecería que nunca se va a abrir. Y sin embargo con astucia, con malicia, con talento, con inspiración, con respiración, con una cantidad de cosas físicas y mentales el poeta logra por fin vencer ese obstáculo que parecía insuperable.

In limine
(fragmento)

Yo nací en una playa
de África, mis padres
me llevaron al norte,
a una ciudad febril,
hoy vivo en las montañas,

me acostumbré a la altura
y no escribo en mi lengua,
en ciertos días del año
me dan mareos y vértigos,
me vuelve la llanura,

parto hacia el mar que puedo,
llevo libros que no
leo, que nunca abrí,
los pájaros escriben
historias más sutiles.

[...]
Fabio Morábito

jueves, 20 de noviembre de 2014

Circe Maia o la intensidad del lenguaje cotidiano


"Cuando uno está creando nota que no está solo, sino en contacto con una materia no lingüística. Al que traduce le pasa lo mismo con la lengua extranjera.. Traducir es lograr la irradiación de un poema en otra lengua."
"El que escribe está traduciendo, tratando de hacer transparente una experiencia vital, no lingüística, que es opaca a la lengua. Ojo con la palabra transparencia: Yo busco el lenguaje simple, mi tipo de poesía es cotidiana porque me gusta ver cómo en cierto momento aparece lo poético. Prefiero darle una intensidad, una temperatura especial al lenguaje cotidiano."

El medio transparente

Lo mejor sería no pensar demasiado
en ellas, las palabras. Ellas vienen
así o de otro modo y no es tan importante.

Vidrios, ventanas son y habría que limpiarlas
con cuidado, por eso. No pintarlas
-¿qué verías detrás?- y no adornarlas.

Por mirar el adorno en la ventana
no miraste hacia afuera.
El más breve vistazo
hubiera sido al menos suficiente
para mirar la luz del otro lado.

Sí, esa luz de afuera
sobre un rostro que pasa.
 

Crónica de una lluvia anunciada


Ayer anduve
de  un lugar a otro.
El pronóstico del tiempo
anunciaba lluvia
para la tarde noche.
Visité a mi madre
que se apoya
en bastones o andadores
según la ocasión
para poder caminar
de la sala a la cocina
y de la cocina a su cuarto.
Más tarde visité a una amiga
que me recibió con un abrazo
y un delicioso flan
que temblaba levemente
sobre la fuente
de loza blanca.
Había un aire
fresco y húmedo
cuando regresamos
por la autopista
y yo pensaba:
que la tormenta
no nos alcance
hasta llegar a casa
donde mi perra Frida aguarda
sin comer ni beber
y presumo que sin moverse
de su sitio
por todas las horas
de nuestra ausencia.
Cuando llegamos
y abrí la verja del jardín
un gatosalió
de entre los geranios
y saltó hacia la noche.
A mi madre le llevé
un perfume de magnolias
y dejé sobre su mesa de noche
mi libro con una pregunta
¿Qué podría darte
de más íntimo y verdadero
que mi propia escritura?
Ella aspiró con ardor
el aroma de magnolias
y abrió el libro
pero no leyó la pregunta.
La lluvia nunca llegó
pero sí el aire
frío y húmedo
con la memoria
de otras lluvias.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

La pregunta esencial, Doris Lessing


Con frecuencia se le pregunta a los escritores ¿cómo escribes? ¿usando procesador de palabras? ¿con una máquina de escribir eléctrica? ¿una pluma? ¿caligrafía? Pero la pregunta esencial es: "¿Has encontrado  un espacio, ese espacio vacío, que debe rodearte cuando escribes? Dentro de ese espacio, que es como una forma de escucha, de atención, vendrán las palabras, las palabras que tus personajes hablarán, ideas-inspiración. Si un escritor no puede encontrar este espacio, los poemas y las historias pueden nacer muertos."

martes, 18 de noviembre de 2014

La palabra desnuda


En 1996 publiqué mi primer libro de narrativa, De este lado del mundo. Ahí en un cuento dedicado a mi padre, Desasimiento, aparece por primera vez Águeda,  hija de Juan Pablo Cruz. Ambos, Juan Pablo y Águeda, protagonistas del relato. No sé cómo fue que elegí ese recurso para hablar de una historia que nos pertenecía, a mi padre y a mí. Una historia que nos había dolido tanto. Más, creo que no fue un recurso sino una necesidad. Quizás fue la manera que encontré de exorcizar  años de silencio. O de proyectar en otros nombres para mejor comprender.
Águeda siguió apareciendo en otros textos como ella sabe hacerlo. De una manera intensa, inexplicable. Simplemente está ahí. Y dice. Pero fue en el año 2000 en que reaparece con fuerza inusitada para transformarse en la protagonista absoluta de mi poemario El agua y la greda. ¿Heterónimo? ¿Alter ego? Sólo puedo decir que ella es yo. Pero es ella la que alcanza el estado poético más puro. La palabra desnuda. 
Águeda  no tiene una cosmovisión del mundo diferente de la mía. Es, eso sí, una visión más prístina. Más valiente y despojada.

La rama


Canta en la punta del pino
un pájaro detenido,
trémulo, sobre su trino.

Se yergue, flecha, en la rama.
Se desvanecce entre alas
y en música se derrama.

El pájaro es una astilla
que canta y se quema viva
en una nota amarilla.

Alzo los ojos: no hay nada.
Silencio sobre la rama,
sobre la rama quebrada.

                              Octavio Paz

sábado, 15 de noviembre de 2014

Bajó un pajarito rojo


Bajó un  pajarito rojo
una chispa en cada ojo.
Pájaro rojo, tan verde,
que entre las hojas se pierde.
Un pajarito amarillo,
redondo como un ovillo,
y que parecía azul,
cuadrado como un baúl.
Este pájaro morado
si no morado, dorado,
que era tan blanco, tan blanco, 
coliblanco, pechi blanco,
todo de color café,
bajó, se voló y se fue.


Enrique Banchs

Elogio de la sombra


Creo que lo bello no es una sustancia en sí sino tan solo un dibujo de sombras, un juego de claroscuros producidos por la yuxtaposición de diferentes sustancias. Así como una piedra fosforescente, colocada en la oscuridad, admite una irradiación y expuesta a la luz pierde toda su fascinación de joya preciosa, de igual manera la belleza pierde su existencia si se le suprimen los efectos  de la sombra...

                                                                 Junichiro Tanizaki
                                                                 Elogio de la sombra (Edit. Siruela)

viernes, 14 de noviembre de 2014

Estado de Infancia


La poesía es la realización del estado de infancia que debe permanecer a través de todas las edades del hombre. Y llamo estado de infancia a esa frescura, sensibilidad, disponibilidad, a esa apertura hacia todo lo que aparece, hacia todo lo que parece viejo y es nuevo. Hasta la materia misma puede acceder a lo que llamamos vida, y la poesía es el descubrimiento de la realidad interior de las cosas.

                                                                                       Juan L. Ortiz

Un poema de Emily Dickinson


Un sépalo, un pétalo y una espina
en una simple mañana estival,
rocío en una redoma -una abeja o dos-
brisa -entre los árboles una cabriola-
¡Y una rosa soy!

jueves, 13 de noviembre de 2014

Retoño del relato


Cuando un relato nos impresiona o nos conmueve, engendra algo que deviene, o puede devenir, una parte esencial de nosotros, y esa parte, ya sea pequeña o muy extensa es por así decirlo, la desdendencia del relato, su retoño.

                                                         John Berger, El cuaderno de Bento

miércoles, 12 de noviembre de 2014

He aprendido...



He aprendido a andar :
desde entonces corro.
He aprendido a volar:
desde entonces no quiero
que me empujen
para  trasladarme
de un lugar a otro.

Ahora soy ligero
Ahora vuelo
Ahora veo por debajo de mí
Ahora baila un dios en mí.
                                               
                                                               Frederich Nietzsche
                                                               (Así habló Zaratustra)

martes, 11 de noviembre de 2014

Marosa Di Giorgio


Soy, seré, la misma niña a la sombra de los durazneros de la infancia...

Los recitales de poesía son ritos, también; los llevo adelante sola, y con mi propia compañía interior, como cuando escribo...

No puedo ni debo hacer señalizaciones. No debo. Que hable el tiempo. Y también es cierto, ya se sabe, que cada cual contribuye con una brizna única, violeta de perfume recién inventado....

Marosa Di Giorgio (Uruguay, 1932-2004)

Fragmentos de una entrevista de Floriano Martins- Abraxas

lunes, 10 de noviembre de 2014

Aprendizaje


Cuando era pequeña
miraba llover
en los ojos de los caballos

No se parece a nada
a ninguna otra tristeza
sobre la tierra

Creo que entonces
en esa lluvia incesante
aprendí
la melancolía
su vago hechizo
su lento desolar

La sala de psicopatología


[...]

Es verdad que la psicoterapia en su forma exclusivamente verbal es casi tan bella como el suicidio.
Se habla.
Se amuebla el escenario vacío del silencio.
O, si hay silencio, éste se vuelve mensaje.
-¿Por qué está callada? ¿En qué piensa?
No pienso, al menos no ejecuto lo que llaman pensar.
Asisto al inagotable fluir del murmullo...

Alejandra Pizarnik
(escrito durante su estadía en el Hospital Pirovano)

viernes, 31 de octubre de 2014

Renacimiento


*
Como un ritual siempre renovado trabajo en mi jardín. Quito las malezas, las flores secas, los excesos. Agrego gajos nuevos. Con la mirada acaricio  las puyas-puyas rosas y blancas, que abren sus botones de prodigio entre las hojas.

*
El rugoso tronco del jazmín tiene la sabiduría de los años y su cansancio. Sin embargo ha brotado con fuerza en esta primavera y recobra su brío para trepar con juvenil impulso. Lo conozco. Nos conocemos tanto. Dará otra vez los ramitos blancos y aromosos que acompañaron nuestras vidas. Será una fiesta para los colibriés y las mariposas. Celebrará la vida.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Acerca del azar


Nos protegemos con calendarios , agendas, planificaciones del golpe del azar. Inocentes insistimos en creer que sabemos el próximo paso. Nada suprimirá el capricho del azar, su vuelo incierto. Acaso su necesidad.

martes, 28 de octubre de 2014

Señuelo


Despliega una red del color del sol. Los pilpintos se dejan abrazar entre el cielo y la tierra en el instante de detener el parpadeo de sus alas.

Gratuidad


He visto florecidos los aromos muy cerca de las salinas de Santiago del Estero. Pequeños asteroides amarillos alumbran la plenitud del desierto. Regalan aromas y colores ahí, donde todo es desolación.

domingo, 26 de octubre de 2014

Finales (dos poemas de octubre)

*
Una y otra vez
en el lugar de lo
improbable
el rostro triplicado
en los espejos

la ausencia de tu nombre

*
Un viento intenso
crece y se diluye
en su propio vértigo

En espiral me arrastra
me golpea
En sus paredes invisibles
me diluye de mí

y
cae al fín
entre sus vórtices
la ligera piedra
de mi corazón

miércoles, 22 de octubre de 2014

Más sencilla


Más sencilla, más sencilla
sin barroquismo,
sin añadidos ni ornamentos
Que se vean desnudos 
los maderos,
desnudos
y decididamente rectos 
los brazos en abrazo hacia la tierra
el mástil disparado hacia los cielos.

Más sencilla
más sencilla
hazme una cruz sencilla 
carpintero

 
León Felipe


miércoles, 15 de octubre de 2014

Una flor amarilla


[...]Estaba al borde de un cantero, una flor amarilla cualquiera. Me había detenido a encender un cigarrillo y me distraje mirándola. Fue un poco como si también la flor me mirara, esos contactos, a veces...Usted sabe, cualquiera lo siente, eso que llaman belleza. Justamente eso, la flor era bella, era una lindísima flor. Y yo estaba condenado, yo me iba a morir un día para siempre. La flor era hermosa, siempre habría flores para los hombres futuros. De golpe comprendí la nada, eso que habría creído la paz, el término de la cadena. Yo me iba a morir y Luc ya estaba muerto, no habría nunca más una flor para alguien como nosotros, no habría nada, y la nada era eso, que no hubiera nunca más una flor [...]

Julio Cortázar (1914- 1984)
De Final del juego (1956)

lunes, 13 de octubre de 2014

De regreso


Ya de regreso a casa abrazo la fugacidad del instante. Traigo presentes amorosos: un pequeño alfiler para mis pañuelos, una preciosa muñequita de colección, Chizuru (humildad), plantas, libros, aros, perfumes, música, una agenda artesanal, delicada y hermosa, diálogos intensos, flores, libros...No crean que exagero. Traigo también abrazos, buenos deseos, miradas, gestos, relatos orales, alguna que otra lágrima, plantas, libros...Tengo mucho por hacer. Mucho por leer. Por agradecer. El instante se balancea  en el aire puro de la tarde. No cabe entre las manos. Se escurre, se diluye, se desliza...

22 de junio de 2014

martes, 7 de octubre de 2014

Como si nada


Cuando Sofía puso entre mis manos aquella latita habitada por una tímida flor amarilla sentí una emoción efímera. Aquella niña  que fui no podía imaginar siquiera que el recuerdo volvería tanto tiempo después cuando me descubrí repitiendo aquel gesto con otra niña, que como yo entonces, me miró como  si nada.

viernes, 3 de octubre de 2014

El camino de la sencillez y el despojamiento



Una vez estuve en un taller literario coordinado por María Negroni y ella nos advertía acerca de la grandilocuencia de las palabras: infinitamente, siempre, nunca, jamás... También acerca de las palabras ampulosas (rebuscadas). No hacer demostraciones de nuestra erudición. En suma el camino de la sencillez y el despojamiento. Agrego  la ambigüedad (no explicarlo todo). En vez de explicitar mundos, encerrar mundos: sugerirlos.

jueves, 2 de octubre de 2014

Silueta


La abuela Leonarda, luego de cumplir su ritual de lavarse la cara en la palangana blanca de loza y trenzarse los cabellos, que envolvía alrededor de su cabeza como una corona real, solía sentarse en su sillita baja y se quedaba ahí, muy quieta, con las manos cruzadas sobre la falda del delantal. Su mirada ausente seguía las sombras de los seres y las cosas. Callada y lejana no esperaba nada, acaso adormecida por el silencio o el rumor leve de las abejas. Cuando hacía mucho frío no salía al patio. Se quedaba en la cocina junto al brasero. De vez en cuando arrojaba un terroncito de azúcar a las brasas y toda la casa olía a azúcar encendida.

martes, 9 de septiembre de 2014

Los galgos, los galgos



A veces te reencuentras con un libro que has leído hace tantos años y tu corazón se siente agradecido. Por tanto que él te ha dado y por esas notas al margen que dicen de alguien, que también eres tú, pero ya otra. Se trata de Los galgos, los galgos de Sara Gallardo. Ahí está la fecha: 15 de mayo de 1977. Por entonces vivía en Jujuy y tenía un niño pequeñito, que hoy es un hombre. Es un libro hermoso. Y melancólico. Habla de la llanura, de la distancia, del horizonte siempre en fuga, de caballos.  Y de galgos. De Corsario, Chispa, Barcino y Flecha... Y del amor.
Los libros nos dejan siempre algo, un párrafo, una frase, una sensación de dicha o de nostalgia. Siempre la certeza de habernos encontrado con algo muy íntimo, que nos revela lo que vamos siendo en este tránsito entre dos fechas que es la vida. De Los galgos, los galgos me quedó este párrafo y la sensación de lo abierto de la llanura:
"Vuelan los galgos abriendo una estela verde en la flor amarilla. Se persiguen. Chispa a la cola negra de Flecha, Flecha a la cola gris de Corsario, Corsario a la cola parda de Barcino, Barcino a la cola de oro. Una ronda de cohetes flexibles que disparan alrededor del mundo. Los cuatro galgos de Las Zanjas..."
Galgos ligeros de la llanura. Ouroboros dichoso de lo inefable girando en mi mente. Iluminándome.

                                                                                                                         Para Sara Gallardo


Dijo María Isabel Saavedra: Te acercas al libro que lees con delicadeza y devoción. Así, mi querida poeta de corazón ardiente y dulce modo.

martes, 2 de septiembre de 2014

Corolas de caminante


*
De entre sus manos
nacen pájaros y lirios:
miniaturas de Fra Angélico.

*
En su jardín de Giverny
diseña paisajes
Claude Monet

*
La garza inmóvil
sobre la piedra
abre una grieta en el paisaje.

*
Sinfonía de la lluvia
en los techos de zinc.
Secreta felicidad.

*
No sé por qué me alejo
dice la voz que en mí
grita tu nombre.

*
Perfume blanco
de un jardín secreto:
Emily Dickinson.

*
"Lo que simplemente pasa"
dulce Sei Shonagon.
¡Ah, tu vida...!

*
Una amapola
se desprendió del tallo:
gira una mariposa.

domingo, 17 de agosto de 2014

Ha dicho Mirtha Ibañez acerca de Intersticios (2014)




Los relatos son como semillas de varias especies enhebradas por la pulsión de vida que contiene cada uno de los textos. Imperdibles.

Ha dicho la escritora Mónica Mera acerca de Intersticios (2014)


Simpleza y despojo

Nélida Cañas tuvo la gentileza de enviarme este libro maravilloso donde encontré esa virtud de ella de simplificar las palabras con un trabajo intenso hasta llegar a la simpleza y el despojo. Sumamente detallista y cuidado tanto en la forma como en el contenido, este libro raya en la perfección, su delicadeza de mujer pone sellos en las páginas y perfuma las hojas con esas gotitas de ternura a las que uno vuelve inevitablemente a repasar regocijado. Sus pequeñas historias con atrapantes. Descubrimientos, sorpresa y gozo produce esta lectura.
¡Gracias Nélida por este maravilloso regalo!

miércoles, 13 de agosto de 2014

Ha dicho la escritora Emilia Acosta acerca de Intersticios (2014)


Como quien acuna a un niño fui leyendo tu libro, dejaba que la palabra dibujara morosamente la imagen. Y el relato se expandía más y más con el paisaje que tus palabras dibujan. Ese "paisaje"  involucra seres, objetos y la naturaleza toda con el sentimiento de amor que habita en ellos. Es una tertulia delicada que me lleva por la sonrisa, la identificación, la tristeza y las lágrimas de emoción.
Me encanta cómo lees otros textos y cómo en un estado sublime de tu proceso creador se produce el entretejido. Y sos Penélope que realiza magnífica su obra y espontáneamente las otras buscan intersticios y viven hasta en los sueños.
Me adherí al ir y volver como las olas de tus palabras, las haces canción y silencio.

Salta, 9 de julio de 2014


lunes, 11 de agosto de 2014

Agosto


Hay silencio en la casa
Afuera el viento se deshace/ entre las hojas
El frío de agosto/ toca/ raspa
Todavía quedan/ algunos matojos/ de narcisos amarillos/ en el patio
Escucho tu voz diciendo/ como todos los años:/ Hay que pasar agosto...
-Agosto/ agostado/ angostura/ angustia
 palabras reunidas que asolaron tu alma-

Ay, padre mío,/ qué poco que supimos/ el uno del otro
Aunque yo te miraba/ pastor de lejanías
en aquella escalera/ que daba a la puesta del sol
¿Y vos, me mirabas/ en el rincón de la cocina
 con el cuaderno/ y la tinta china negra
 dibujando geografías imposibles?

¿Qué fue de nosotros, padre?
Vos te fuiste en agosto/ poblado de silencios
Yo persisto entre signos/ tratando de alcanzar
la geografía de tu alma
Hay que pasar agosto.../ me digo en un susurro
y miro
los matojos amarillos
en el patio

martes, 5 de agosto de 2014

Corolas de caminante


Abrir en el orden de lo real/ espacios imaginarios...

*
Se abre una corola
en el silencio de la piedra:
un haiku

*
Liba la abeja
el sol de la corola
dorada miel

*
No es la lluvia
son mis lágrimas
desdibujando el mundo

*
Pequeños faros
en el mar de la noche
Oh, luciérnagas

*
Livianos ideogramas
diseñan el paisaje
Nieva en las sierras.

*
En las alas ligeras
de la nieve
la dicha inesperada

*
En el muro
el don de lo abierto
Las flores blancas del jazmín

lunes, 7 de julio de 2014

Mantras



Tomé para mi vida dos breves expresiones que repito en mi vida como mantras.

Mantra,  sostén, engarce / lámpara/ pabilo/  pequeña oración/ regalo...

Pequeñas letanías abren la mente y el corazón a lo que vendrá

Estos pequeños mantras/ sumados a mi vida/ con engarces sutiles/
también hace la vida/ son la vida:



*
Lo que tenga que hacer lo  haré
aunque sea pequeño como un narciso.

                                      Emily Dickinson

*
La flor persistirá
persistirá
en el esfuerzo de nombrarla.
                                    
                                       Rodolfo Fogwill

Delicadeza, un texto de Deleuze



Hacer de un acontecimiento por  pequeño que sea, la cosa más delicada del mundo, justo lo contrario de hacer un drama, o una historia. Amar a los que son así: cuando entran en una habitación, no son personas, caracteres o sujetos, son una variación atmosférica, una variación de color, una molécula imperceptible, una población discreta, una neblina, una llovizna... 



Corola impensada






A veces leo textos que no entiendo, que mi torpeza no alcanza. Pero no puedo dejar de leerlos. Algo abren en mí. Algo dicen para eso de mí inasible y secreto. El tiempo pasa  y entonces, como la gota que horada la piedra, una flor silvestre se abre. Y esa corola impensada dice. Habla su propio lenguaje a través de mí.

jueves, 26 de junio de 2014

Ha dicho Mirtha Ibañez de Intersticios (2014)



"...Los relatos son como semillas de varias especies enhebradas por la pulsión de vida que contiene cada uno de los textos. Imperdible."

jueves, 19 de junio de 2014

Micros de mi libro Intersticios (2014)



Diluvio

Los ladrones desmantelaron la casa. Se llevaron todo. Pero no pudieron con el arca de árboles y flores salvados del diluvio, que todavía cae.

El eterno regreso

Se marchará de nuevo Ulises a cumplir su destino y cada noche Penélope destejerá los hilos y hará nuevos ovillos para la trama de los días.

Jardinera
                          "Escribir es como cuidar un bonsái."
                                                     Alejandro Zambra

Trabaja con minuciosa dedicación. Cuida de los espacios despojados y de los intersticios tanto como de sus plantas. El jardín es pequeño pero requiere cotidianamente de su tiempo. Le gusta el silencio y la plenitud gozosa del canto de los pájaros. En sus ratos libres escribe microrrelatos.

jueves, 5 de junio de 2014

INTERSTICIOS - Junio 2014

Intersticios

Por los intersticios de la memoria, la palabra
Por los intersticios de la palabra, el silencio
Entre la palabra y el silencio un breve texto
Una grieta
Una pequeña hendidura para poder mirar
Para vislumbrar mundos posibles
Para acceder a lo que enuncia y a lo que calla
Para imaginar historias y desovillarlas…

Nélida Cañas


Regreso

Has vagado en el desierto, hijo. Pensaste
que te aguardaría la tierra prometida. Has
vuelto a la casa de la infancia. No has pensado
que el que vuelve es un hombre que ha
vagado en el desierto.


Desconcierto

Mi padre vino a decir el desamparo de
la vejez. Y yo hice lo que pude con eso. Escribí
para que otros lean mi desconcierto.


Certeza

Sólo los sueños pueden devolvernos el
sabor del instante en que fuimos felices,
pero también ellos se desvanecen con la
aurora.








martes, 20 de mayo de 2014

Dijo Amanda Merlat acerca de En la fragilidad de los días


Querida Nélida

Gracias por tan preciado regalo. Ya lo hemos conversado en otras oportunidades. No me siento capaz de hacer una devolución profesional, pero como humilde lectora debo decirte que he leído con entusiasmo En la fragilidad de los días y cada vez que lo hice -muchas- encontré en su lectura un particular encanto.
Reúne todo lo que un simple lector desea y espera: la palabra justa, belleza, gozo, entrega.
La escritora, despojándose íntimamente de las vivencias de su infancia y como en un ritual ofreciéndolas a sus lectores.
La niña interior me permitió descubrir increíblemente el lugar que habito: las acacias, los aromos, el vuelo de los pájaros, el galope del caballo, la lluvia...Todo desde una mirada distinta y creadora.
La escritora consiguió que esos lugares de infancia, objetos, personajes entrañables, como el de la abuela Leonarda, habiten para siempre mis silencios. 
Me impresionó mucho encontrar lugares comunes: mi padre también pasó por el Regimiento I de Caballería Coronel Brandzen.
Cada texto leído, mil y una vez, despertó en mí nuevas emociones.
Me siento honrada de conocerte. Sin duda, como lo expresas en Hilandera, siempre fuiste una escritora.¿Y si yo también hubiese tenido que ver con esa hilandera, que en una antigua máquina de escribir imprimía palabras sin sentido, que ya querían decir algo?
Un abrazo
Amanda 

Querida Amanda:

Aprecio tu delicada manera de ver y sentir. Tu delicada sensibilidad.
Hugo Mujica dice que no importa tanto lo que un escritor dice, sino lo que abre en el lector. Y en ti abrió la naturaleza pródiga de nuestra tierra y el recuerdo de tu padre asociado al mío...
¿Cómo no tendrías que ver, querida Amanda, si aquella "antigua máquina de escribir " sería una ventana abierta a la palabra impresa?
Como la Sarita del dibujo de Soldi podríamos haber sido amigas, pero nuestros mundos eran tan distintos y para mí, aunque casi teníamos la misma edad, eras: "la señorita Amanda". Luego la vida nos dio esta hermosa oportunidad de encontrarnos en las palabras. Y en las palabras toda la gama de las emociones.
Un gran abrazo y hasta el próximo encuentro.
Nélida

sábado, 17 de mayo de 2014

Sinfonía de agosto



Cuando tu voz
me llega 
entre los árboles
y
agosto
 es una música
de narcisos amarillos

Onírico




Cuando deslizado
del sueño
tu cuerpo
 yace a mi lado
como un presagio
de primavera
en pleno invierno

Despierto




Cuando
el sol derrama
su bendición
sobre los campos
la página en blanco
del día
aguarda la trama
de las horas.

Fatalidad




Cuando la madre
de Vaslav Nijinsky
le descubre
el destino
en el arco
 de los pies

Celebración





Cuando una lluvia 
de estrellas
en la noche
enmudece el instante

viernes, 16 de mayo de 2014

Mar de plastilina



Mi nieto y yo
levantamos
frágiles barcas
en un mar de plastilina
y pintamos pequeñas olas 
de acuarela azul

el tiempo se deslíe
entre los dos
como un suave paisaje
detrás de la ventanilla
de un tren

un tren lento
y humeante
sin pasado  ni futuro
que levanta leves colinas
 en el aire

jueves, 15 de mayo de 2014

Escribir





Abrir
la libreta de notas
y dejarse decir
por el lenguaje

No hay secretos
salvo el pequeño gesto
la primera palabra

miércoles, 14 de mayo de 2014

Abandono




Tuve una muñeca
de cartón pintado
tenía ojos negros
-de puro asombro-
las mejillas
como rosas chinas
la boca pequeña
delicada

Pintado también
su cuerpo
con un trajecito
de colegiala
Pintados sus pies
con medias primorosas
y zapatitos negros

¿Qué apuro me llevó
esa tarde a olvidarla?
¿Cómo pude dejarla
yo que conocía el abandono?

Llovió
-lo he contado otras veces-
llovió toda la noche
Cuando corrí a buscarla
su cara era un riacho triste
desmadrado
La abracé
la abracé
y
 se deshizo
en el abrazo



lunes, 12 de mayo de 2014

Alegría

    



Cuando el sol
abre el amanecer
y yo abro las ventanas
de mi casa
y las puertas de la percepción

Presencia




Cuando me tomas
de la mano
y eliges para mí
el más hermoso 
y alto
durazno entre las ramas
para esta,  mi boca
que madura tu nombre
padre mío

sábado, 10 de mayo de 2014

Desolación




Cuando en sueños
se vuelve
pesadilla
una sola palabra
que abre el silencio
como un carozo
que expulsa
su semilla

lunes, 7 de abril de 2014

Silencio





Ya no llueve. Pero el día aún está mojado. La calle está mojada. Y en la alcantarilla corre un riacho claro con restos de hojas y bordes de tierra oscura. Atardece. El silencio cubre los árboles y las flores caen pesadas.  Los pétalos, torpes, desvaídos. A lo lejos, entre las copas de los árboles, se oye el desasosiego de los pájaros. El cielo permanece encapotado y hay un clarear entre los grises. Atardece. No hay rumor de voces. Hay un silencio que engulle los matices. Y hay un dejarse estar tras los cristales.

jueves, 3 de abril de 2014

Duras escribe




Duras escribe
no habla
delira
grita
jadea
se extravía

Vuelve a encontrarse
trémula en los márgenes
Se golpea
con la furia del mar
en los acantilados

Llora sobre una lápida gris
anónima
de un aviador caído
en plena guerra

Llora en una música
fragmentada
como un roer de rocas
por el viento

El deseo
es una boca inmensa
comiéndose las palabras
los ecos
los silencios

El lenguaje fluye
como un río
arrastrando 
piedras y lodo
un río incontenible 
que desemboca en el olvido

Fluye
abandonado a su suerte
como un animal de transparencias
temible y hermoso
fuera del tiempo
para siempre

Para M. D. y su inefable legado



lunes, 31 de marzo de 2014

Los niños vienen de tan lejos




Este niño
que cubres con tu abrazo
para llegar a ti
ha atravesado
 escarchas
durazneros
luciérnagas
hojas doradas
chicharras
grillos
trigales
soles
 páramos
nueve lunas
íntimos mares
resacas
marejadas
pleamares
plenilunios
madrigales
madreselvas
madreperlas
madréporas
madre-niña
-hija mía-
madre-suya
no dejes de abrazarlo

sábado, 29 de marzo de 2014

Mirando a Vincent




Hoy que me siento triste
miro a Vincent entre los ramajes
y tengo una pena larga
como una bufanda de invierno:
una bufanda gris
casi azulada
como los troncos de sus árboles

Entre los grises de las chimeneas
y los pasteles del cielo
veo también 
hoy que estoy triste
una luna porfiada
en un alunizaje
de claridades

Mantra




A veces repito tu nombre, padre,
como si fuera un mantra
y lo veo escrito
sobre un papel cualquiera
como vos lo escribías
con la A como una pirámide
buscando altura 
entre el cielo y la tierra
y la C que abre tu apellido
como un cuenco
recibiendo
la semilla de mi corazón

jueves, 27 de marzo de 2014

El color amarillo



Desde la ventana de mi cuarto puedo ver sobre la vereda cientos de hojas amarillas. Han comenzado los días del otoño y no me di cuenta de que las hojas se habían ido tiñendo de amarillo. Ahora miro los árboles y veo que el color comienza por lo alto de la copa; en la parte inferior hay todavía hojas verdes. La brisa también ha cambiado. Se ha tornado más fría y trae en sus partículas una humedad de llovizna. El cambio se ha producido de una manera imperceptible y todo ha ido mudando en la calle que miro. Las personas tienen otro ritmo. Sus ropas otros tonos. Los pájaros no tienen la algarabía del verano y el crepúsculo acontece más temprano. Hay una mudanza lenta y acompasada en todo lo que miro. Mi corazón se pinta de amarillo en la tarde que huye.

domingo, 23 de marzo de 2014

Acerca de En la fragilidad de los días (Apóstrofe ediciones, 2013)



Ha dicho la escritora Mónica Undiano:

¡Acabo de leer En la fragilidad de los días...me encantó!
La primera parte me pareció conmovedoramente aleteante, entendeme, instantes hechos de tal sutileza que parece que flotaran y pasaran en vuelo delante de mis ojos. Recuerdos unidos por una voz, una palabra, un lenguaje hasta corporal diría, que configuran un hilo conductor signado no te diría que por la nostalgia, sino por el hambre latente de una niña que  nunca supo que era niña. La segunda parte se dispara un poco de esta unidad poderosa, pero se construye en sí misma resultando muy interesante. Y me parece que la última parte retoma tangencialmente  la primera, lo cual le da un remate circular y cuidado. Todo el libro me parece muy cuidado, muy precioso.

lunes, 17 de marzo de 2014

Agradecida




este día podría haber sido
un día igual a otros
sin embargo
una mariposa vuela
como desorientada entre el follaje
y alguien capta su vuelo
una música sensible
y en extremo delicada la acompaña
con amorosas circunvalaciones

una amiga traduce un poema
acerca del poema
otra, camina las calles de Maimara
-la estrella que cae-
y nos deja el regalo 
de un poema inolvidable

unas manos anidan 
en el cuenco pequeño
 de un nido de ramitas
y una danza ancestral 
fulgura en el paisaje

mi alma confortada
agradecida
se deja estar
 en un columpio de madreselvas
y en el vaivén 
recuerda el poema de Oliverio
aquel que dice:
 Oliverio Girondo agradecido
¿recuerdan?


sábado, 1 de marzo de 2014

Narrarse en los márgenes



Imaginar a mi madre leyendo mi libro de reminiscencias, En la fragilidad de los días, como un relato ajeno que también le es propio.Las historias de una madre y su  hija se entrecruzan como la trama de un tejido en el telar de un tiempo a veces compartido y a veces distante. Intenso, siempre. Más allá de los grises y los blancos. De las sombras y las transparencias. De las ternuras y los sinsabores. Es posible que mi madre corrija en los márgenes mi propia historia para narrar la suya. 

miércoles, 26 de febrero de 2014

Poemas reunidos en la noche





*
en el terciopelo de la noche
la oscuridad
de la noche

a veces un desgarramiento
como si una seda preciosa
se rompiera

a veces una oscura lamentación
un dolor que no puede
articularse

sólo el desgarro
y
la sangre preciosa
que se pierde

*
Invierno

en la alta noche
sólo quiero abrazar
a mi perra
-su cuerpo tibio
su suave olor animal-

lejos de los subterfugios
 del lenguaje
de sus bastones de hierro

lejos de la ebriedad
 de los sentidos
de sus vidrios oscuros

sólo
la quietud de la noche
el cuerpo tibio
de mi perra
su perfume
la profunda entrega al sueño
despojada
lejos
tan lejos
de este mundo demencial

a mi perra Frida 
27 de agosto de 2008

*
Camille

insomne
elige
 el mármol más puro

le sangran las manos
el frío
le agrieta los labios

no obedece
 al dolor
ni al frío de la nieve

Camille talla
la piedra oscura
de su desdicha

alucinada 
llega al corazón de la piedra
y la piedra
dice

sábado, 22 de febrero de 2014

NARRARSE A SÍ MISMA

En la fragilidad de los días, Nélida Cañas

Apóstrofe Ediciones, 2013, 74 páginas 


Verónica del Carmen Gutiérrez* 



                                                                  Lo que quiero contar es tan delicado como la propia vida 
                                                                                                                               Clarice Lispector 


En la fragilidad de los días, de Nélida Cañas, reúne una serie de prosas poéticas configuradas a partir de una voz narradora que recuerda fragmentos de la infancia para encontrar ahí los pliegues del deseo de la escritura. Es el tono confesional el que gana la narración, el que urde los fragmentos de la memoria y los deseos, los rincones de la infancia y las antiquísimas palabras de las que se nutre la escritura presente. 
En estos textos, la infancia queda anclada a un lugar, la llanura, al sur de la provincia de Córdoba. El cielo de la infancia, “lugar donde el horizonte siempre está más lejos”, coincide con el cielo inagotable de la llanura, con las primeras palabras y las primeras letras, las primeras formas de acercarse al mundo, de revelarlo. El libro, claramente autobiográfico, es también una reflexión sobre el trabajo de la escritura, que no consiste en otra cosa aquí que en sacar las cosas de su mutismo. Nélida Cañas logra mantener en él un equilibrio entre los pasajes marcadamente líricos y aquellos en los que se produce una distancia y se piensa el trabajo con la palabra y el acto creador. 
La llanura es la casa de la abuela Leonarda, las acacias y tamarindos, el olor a la tierra mojada, el sonido de las gotas de lluvia sobre los techos de zinc, el viento, el tren, el hielo de la escarcha pero es también el sitio de la dimensión del fantasma, el espejo en el que el yo se mira y encuentra a la otra, a la niña que caminó entre esas acacias y tamarindos, que vio el tren y el hielo de la escarcha, y en ese reflejo quien cuenta encuentra las cifras y los gestos que anuncian una vida: la de la escritora, la de aquella que busca penetrar en lo incierto y salirse de sí para mirar el mundo con el asombro de una niña. Ahí, en ese reducto fantasmático de la llanura, que ahora la literatura recupera, se fraguó un destino. Junto con la naturaleza y los instantes recordados están las primeras lecturas, algún libro cuya historia se ha olvidado, las novelas de Corín Tellado, la revista Idilio, y el amor por la escritura de un padre casi analfabeto. “Ahí, siendo una niña hecha de asombro y de quietud, nació mi escucha apasionada y el deseo de escribir. El mismo deseo que me sustenta todavía.” La llanura es, por ello, en el texto de la escritora cordobesa, un espacio geográfico y un espacio íntimo, interior y propio, y lo es indistintamente; se confunden los planos hasta volverse uno en el texto literario. 
Los espacios y los actos cotidianos se cargan del encanto que les da la memoria (tender la ropa al sol, jugar en el patio a la equilibrista) y recuerdan a esas geografías fulgurantes de la infancia de las prosas-poemas de Marosa Di Giorgio, por ejemplo, palabras dictadas al oído por una voz/niña, narradora sujetada para siempre al espacio fantasmal de la infancia y de los seres mágicos que la pueblan. 
Si el texto exhibe un tono confesional, ¿ante quién dice?, ¿ante quién recuerda?, ¿quién es ese otro de la comunicación, el destinatario confidente de esa comunicación íntima? La narradora habla también con la niña que fue, desdoblándose en la letanía con la que se inicia el libro: “Pequeña niña nocturna/Salvaje. Íntima niña. /Animal voraz, desgarradura/Niña pequeña nocturna. Sola. Perdida niña mía/ Espejo. Danza. Gozo del fuego/ Pequeña niña nocturna. Tan mía. Tan de mí. Tan insaciable.” El sujeto autorreferencial habla consigo generando una textualidad (artificialmente) dialógica. Contarle a la “Pequeña niña nocturna/Salvaje. Íntima niña” es narrarse a sí misma la historia familiar, la vida en la llanura que apenas vuelve, escribir sobre lo que la frágil memoria sostiene, desdoblarse en personaje/narradora/niña para entender y entenderse al mismo tiempo, comprender de algún modo el universo vivido y la alquimia de sensaciones que originó la escritura. La escritura aparece, entonces, como una prolongación de los años infantiles. 
“Una niña pequeña vive conmigo desde que nací. En hora extraña se abraza a mis rodillas, me mira con ojos desprevenidos y quiere que le cante su canción
[…] Así vivimos, acomodadas la una a la otra. A veces cómplices. Adversarias, otras. Condenadas a soportarnos en la fragilidad de los días.” 
Junto con esa niña que es ella misma pero que, a la vez, está perdida, la voz narradora recorre los días de los que la memoria apenas puede recuperar retazos, instantes, como señala el epígrafe de Marguerite Duras que abre el libro y condensa el sentido que guía la operación narrativa de Nélida Cañas: 
“la memoria siempre es rama, nunca árbol, así es este momento, son ramas, momentos en que mi mente viaja de lugar en lugar, de rostro en rostro, de aroma en aroma, del día a la noche y de vuelta al día.” 


*Instituto Luis Emilio Soto (UNSa.) - CONICET



EVOCACIONES :

EN LA FRAGILIDAD DE LOS DÍAS  - NÉLIDA CAÑAS -  
(Apóstrofe  Ediciones – Noviembre, 2013)

En el bello libro que hoy nos convoca, la escritora cabralense  Nélida Cañas nos deleita, una vez más, con su prosa poética y su narrativa breve.
En la fragilidad de los días” podría considerarse  una autobiografía contada desde las sensaciones y emociones vivenciadas por la poeta-niña en la “casa natal” que albergó su infancia, al sur de la provincia de Córdoba  donde  pudo “experimentar todos los juegos de la imaginación. […] La llanura preparó mi espíritu en la contemplación”.
Los relatos están hechos de instantes, de fragmentos de la infancia que no son cronológicos. Como no lo es _ al decir del poeta Hugo Mujica_ “el afecto, la memoria, las pasiones. La vida está hecha de momentos, intensidades, son las cosas que no pasan, que conviven con los presentes, que saltan a un pasado, resignificándolo […] El tiempo es más vital que la cronología…”
La narradora se pregunta, “¿Preparaba entonces, sin saberlo, mi cuerpo y mi espíritu para la escritura? “ La respuesta se abre al “cielo de la llanura, […] donde se conjugan todas las formas y todos los colores, donde el infinito pesa hasta hacernos sentir la verdadera dimensión de lo humano: su fragilidad”. Donde, al rememorar, la mujer y la niña se abrazan en una simbiosis creadora. “Así vivimos, acomodadas la una a la otra.”
Lo vívido de las remembranzas, la “naturaleza pródiga: garzas, gorriones, tordos , caranchos, lechuzas, palomas, calandrias… sauces, fresnos, eucaliptus, tamarindos, […] los campos de trigo, los alfalfares, los atardeceres, las tormentas, las gredosas  manos de los labriegos” abren en el lector  sentimientos de comunión e  identificación. Especialmente quienes han habitado estas tierras y se ven representados en los seres que “secretamente aguardaban para ser contados. […] Mi padre estaba hecho de viento y lejanía. […] A menudo puedo ver su orgullosa y solitaria figura en la enorme extensión de la llanura quitando una a una las malezas de aquellos surcos infinitos.[…] La abuela Leonarda se mece en el aire claro de la mañana… Entre las acacias y los paraísos de la casa de la infancia todavía escucho su respiración, como un rumor suave y dorado de una abeja en el fuego de la siesta.”
Borges sostiene en uno de sus cuentos que “el destino de cualquier hombre consta en realidad de un sólo momento: el momento en que el hombre sabe para siempre quién es”.  Nélida confiesa: “Siempre supe de una manera misteriosa que la infancia, mi infancia en la plenitud de la llanura había configurado mi ser y mi estar en el mundo. Y por lo tanto mi escritura, que es mi natural forma de estar en el mundo […] Siempre fui escritora.  Aún antes de saber escribir “
La trama del mundo que nos rodea / es un texto para ser leído”,  reza el epílogo de “Lecturas de infancia”,  _ última parte de las tres que integran la obra_.  Un relato fascinante del encuentro de la niña con la lectura. “En la casa de la llanura no había libros [] Cuando mi madre se casó con mi padre, llevó a la casa de la llanura dos libros. Quizá su anhelo me acercó a la palabra. A la posibilidad de nombrar,  de arrancar del mutismo el nombre de las cosas.
Si el vacío alimenta el deseo y el silencio  la palabra,  de ambos  se nutrió la niña en la soledad de la llanura para poder expresarse como una “pequeña trapecista en el vacío, que amaba el equilibrio y el silencio”.  Nélida nos habla desde el “sigilo”, el “silencio”,  el “secreto” del que nace toda escritura.  Desde una realidad irreductible, más allá de esa “tierra inagotable” de la llanura con sus patios, sus techos y sus cielos. Nace de lo inaprehensible del amor, del dolor y  de la felicidad de una infancia eternizada en la fragilidad de los días.                      

                                                                                                                                                                                                               Ana María Martinengo