jueves, 27 de marzo de 2014

El color amarillo



Desde la ventana de mi cuarto puedo ver sobre la vereda cientos de hojas amarillas. Han comenzado los días del otoño y no me di cuenta de que las hojas se habían ido tiñendo de amarillo. Ahora miro los árboles y veo que el color comienza por lo alto de la copa; en la parte inferior hay todavía hojas verdes. La brisa también ha cambiado. Se ha tornado más fría y trae en sus partículas una humedad de llovizna. El cambio se ha producido de una manera imperceptible y todo ha ido mudando en la calle que miro. Las personas tienen otro ritmo. Sus ropas otros tonos. Los pájaros no tienen la algarabía del verano y el crepúsculo acontece más temprano. Hay una mudanza lenta y acompasada en todo lo que miro. Mi corazón se pinta de amarillo en la tarde que huye.

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