jueves, 27 de noviembre de 2014

Troy


Leyendo Vísperas, el magnífico libro de Adriana Lunardi,conozco a Troy, el perro de Dottie ( la escritora Dorothy Parker).
Estoy fascinada con Troy. Sus movimientos, sus hábitos, su sumisión incondicional, su demanda de amor, todo lo hace parecer tanto a mi Frida.
Troy es una construcción de Lunardi, de su escritura. Producto de una observación minuciosa y delicada.
Claro que he conocido a otros perros: el adorable Flush de Virginia Woolf, el distinguido Sir Cecil Whippet, compañero inseparable de Manuel Mujica Lainez, Los inefables galgos de Sara Gallardo: Chispa, Flecha, Corsario y Barcino. Pero Troy con sus hábitos sencillos, su devoción por Dottie y su atracción por los aromas me subyuga tanto como a él los aromas que absorve y desmenuza.
La descripción de Dottie es de una sutileza y encanto magistrales. Lunardi es una escritora que indaga de afuera hacia adentro hasta alcanzar el corazón de sus criaturas de una manera entrañable. Y este relato, Dottie, que narra los últimos momentos de la vida de Dorothy Parker, su abandono al paso del tiempo y a su propia degradación es tan vivencial e íntimo que conmueve.
No puedo dejar de celebrar la escritura  de Adriana Lunardi y la magnífica traducción de Leopoldo Brizuela. Y a la vez celebrar la lectura que me permite sentir, pensar, evocar, amar.

Adriana Lunardi
Vísperas
Bajo la luna, 2008

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