viernes, 31 de octubre de 2014
Renacimiento
*
Como un ritual siempre renovado trabajo en mi jardín. Quito las malezas, las flores secas, los excesos. Agrego gajos nuevos. Con la mirada acaricio las puyas-puyas rosas y blancas, que abren sus botones de prodigio entre las hojas.
*
El rugoso tronco del jazmín tiene la sabiduría de los años y su cansancio. Sin embargo ha brotado con fuerza en esta primavera y recobra su brío para trepar con juvenil impulso. Lo conozco. Nos conocemos tanto. Dará otra vez los ramitos blancos y aromosos que acompañaron nuestras vidas. Será una fiesta para los colibriés y las mariposas. Celebrará la vida.
miércoles, 29 de octubre de 2014
Acerca del azar
Nos protegemos con calendarios , agendas, planificaciones del golpe del azar. Inocentes insistimos en creer que sabemos el próximo paso. Nada suprimirá el capricho del azar, su vuelo incierto. Acaso su necesidad.
martes, 28 de octubre de 2014
Señuelo
Despliega una red del color del sol. Los pilpintos se dejan abrazar entre el cielo y la tierra en el instante de detener el parpadeo de sus alas.
Gratuidad
He visto florecidos los aromos muy cerca de las salinas de Santiago del Estero. Pequeños asteroides amarillos alumbran la plenitud del desierto. Regalan aromas y colores ahí, donde todo es desolación.
domingo, 26 de octubre de 2014
Finales (dos poemas de octubre)
*
Una y otra vez
en el lugar de lo
improbable
el rostro triplicado
en los espejos
la ausencia de tu nombre
*
Un viento intenso
crece y se diluye
en su propio vértigo
En espiral me arrastra
me golpea
En sus paredes invisibles
me diluye de mí
y
cae al fín
entre sus vórtices
la ligera piedra
de mi corazón
Una y otra vez
en el lugar de lo
improbable
el rostro triplicado
en los espejos
la ausencia de tu nombre
*
Un viento intenso
crece y se diluye
en su propio vértigo
En espiral me arrastra
me golpea
En sus paredes invisibles
me diluye de mí
y
cae al fín
entre sus vórtices
la ligera piedra
de mi corazón
miércoles, 22 de octubre de 2014
Más sencilla
Más sencilla, más sencilla
sin barroquismo,
sin añadidos ni ornamentos
Que se vean desnudos
los maderos,
desnudos
y decididamente rectos
los brazos en abrazo hacia la tierra
el mástil disparado hacia los cielos.
Más sencilla
más sencilla
hazme una cruz sencilla
carpintero
León Felipe
miércoles, 15 de octubre de 2014
Una flor amarilla
[...]Estaba al borde de un cantero, una flor amarilla cualquiera. Me había detenido a encender un cigarrillo y me distraje mirándola. Fue un poco como si también la flor me mirara, esos contactos, a veces...Usted sabe, cualquiera lo siente, eso que llaman belleza. Justamente eso, la flor era bella, era una lindísima flor. Y yo estaba condenado, yo me iba a morir un día para siempre. La flor era hermosa, siempre habría flores para los hombres futuros. De golpe comprendí la nada, eso que habría creído la paz, el término de la cadena. Yo me iba a morir y Luc ya estaba muerto, no habría nunca más una flor para alguien como nosotros, no habría nada, y la nada era eso, que no hubiera nunca más una flor [...]
Julio Cortázar (1914- 1984)
De Final del juego (1956)
lunes, 13 de octubre de 2014
De regreso
Ya de regreso a casa abrazo la fugacidad del instante. Traigo presentes amorosos: un pequeño alfiler para mis pañuelos, una preciosa muñequita de colección, Chizuru (humildad), plantas, libros, aros, perfumes, música, una agenda artesanal, delicada y hermosa, diálogos intensos, flores, libros...No crean que exagero. Traigo también abrazos, buenos deseos, miradas, gestos, relatos orales, alguna que otra lágrima, plantas, libros...Tengo mucho por hacer. Mucho por leer. Por agradecer. El instante se balancea en el aire puro de la tarde. No cabe entre las manos. Se escurre, se diluye, se desliza...
22 de junio de 2014
martes, 7 de octubre de 2014
Como si nada
Cuando Sofía puso entre mis manos aquella latita habitada por una tímida flor amarilla sentí una emoción efímera. Aquella niña que fui no podía imaginar siquiera que el recuerdo volvería tanto tiempo después cuando me descubrí repitiendo aquel gesto con otra niña, que como yo entonces, me miró como si nada.
viernes, 3 de octubre de 2014
El camino de la sencillez y el despojamiento
Una vez estuve en un taller literario coordinado por María Negroni y ella nos advertía acerca de la grandilocuencia de las palabras: infinitamente, siempre, nunca, jamás... También acerca de las palabras ampulosas (rebuscadas). No hacer demostraciones de nuestra erudición. En suma el camino de la sencillez y el despojamiento. Agrego la ambigüedad (no explicarlo todo). En vez de explicitar mundos, encerrar mundos: sugerirlos.
jueves, 2 de octubre de 2014
Silueta
La abuela Leonarda, luego de cumplir su ritual de lavarse la cara en la palangana blanca de loza y trenzarse los cabellos, que envolvía alrededor de su cabeza como una corona real, solía sentarse en su sillita baja y se quedaba ahí, muy quieta, con las manos cruzadas sobre la falda del delantal. Su mirada ausente seguía las sombras de los seres y las cosas. Callada y lejana no esperaba nada, acaso adormecida por el silencio o el rumor leve de las abejas. Cuando hacía mucho frío no salía al patio. Se quedaba en la cocina junto al brasero. De vez en cuando arrojaba un terroncito de azúcar a las brasas y toda la casa olía a azúcar encendida.
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